Cómo tus emociones y pensamientos se reflejan en la imagen
Hace poco tiempo, pregunté a mi comunidad en mis redes sociales si alguna vez habían reflexionado sobre cómo nuestros estados internos influyen en las fotografías que tomamos. Los resultados mostraron que más del 50% nunca habían pensado en esta relación.
Me dejó varios días reflexionando sobre los resultados de la encuesta y me motivó a reabrir el tema y seguir explorando esta conexión, dado que es un tema que me apasiona y sé que a varios, también.
Por eso quiero compartir una experiencia que marcó mi vínculo con la fotografía y cambió mi perspectiva de observar el mundo.
A mis dieciséis años realicé mi primera salida fotográfica con una cámara Pocket de Kodak, que tenía un error de paralaje: una distorsión que se produce cuando la imagen que se ve por el visor no coincide con la que se enfoca o encuadra, no coincide con el lente de la cámara.
Recuerdo que subí al micro con entusiasmo, aunque mi atención estaba un poco dividida. ¡Y acá comienza lo interesante!
Durante todo ese viaje estuve explorando nuevos lugares desconocidos, mientras atravesaba una situación personal bastante difícil para la edad que tenía.
Fotografié diferentes paisajes urbanos, retratos, entre otras cosas. Pero las expresiones de las estatuas de una Catedral atrajeron especialmente mi atención. Sin embargo, mi estado interno no era óptimo para disfrutar del acto fotográfico, y no lograba conectarme con lo que estaba fotografiando. En ese momento no entendía “por qué”.
Una semana después, fui a recoger mis fotografías al laboratorio y quedé impactada con algunas de las imágenes que había tomado, especialmente la de las estatuas. En ese instante, mi perspectiva cambió y entendí cómo los estados emocionales y de pensamiento afectan nuestra mirada fotográfica. Literalmente, a todas las estatuas que me habían llamado la atención les había cortado la cabeza. Sí, ¡lo que lees!
Fue un impacto tan fuerte que cambió mi forma de observar. Y comprendí que estaba frente a una herramienta poderosa que podía ayudarme a indagar cada vez más en mi mundo interno.
Desde ese momento, tomé conciencia de cómo mi estado emocional se manifiesta en las fotos que realizó, temas que no se suelen conversar en las formaciones convencionales.
Entonces, volviendo a la primera pregunta de este blog: ¿Los estados internos influyen en las fotografías que tomamos? ¡Sí, todo el tiempo! Estamos ligados a nuestros pensamientos y emociones.
He vivido más experiencias que me han demostrado lo mismo y cómo, al ser consciente de estos estados, la fotografía ha cambiado por completo el resultado que buscaba para expresarme.
Nos volvemos fotógraf@s de nuestro mundo interno.
¡Ahora bien! Te invito a que hagas una práctica con tus emociones y el acto fotográfico. No es necesario que tengas una super cámara, solo necesitas tu celular en “modo avión”.
Colócate en un lugar tranquilo y toma 5 respiraciones profundas y suaves, llevando tu atención al centro del corazón (puedes agregar música suave solo instrumental). De esta manera, estamos bajando las frecuencias analíticas del cerebro para darle lugar a los estados de calma. Si vienen varios pensamientos, déjalos pasar y concéntrate en la respiración.
Una vez que termines con esta respiración, toma tu cámara fotográfica y retrata las luces que encuentres en el lugar donde estás, ya sea en tu cuarto, casa o jardín. Esa luz que te llama la atención y te gusta. Quédate haciendo varias fotografías y, si te animas, podés revelarlas o editar.
Cuando termines, escríbeme en los comentarios: ¿Cómo te sentiste? ¿Qué emociones reconociste durante el acto fotográfico?
Espero que te haya gustado este tema, tanto como a mí.
Me encantaría leerte y saber que sientes al respecto, podes hacérmelo saber en comentarios.
Si todavía no te suscribiste te invito a que formes parte de esta comunidad de exploradores de una mirada creativa a través de la lente fotográfica.
Te dejo un cariño, nos vemos en el próximo blog!!
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